Cuenta la leyenda que el dios Shiva, viendo los sufrimientos y penurias de los seres humanos comenzó a llorar. Sus lágrimas, al entrar en contacto con la tierra, se transformaron en las semillas de rudraksha. Por eso, su nombre quiere decir “ojos de Dios” y es una semilla con un significado muy especial en India
La rudraksha viene del Elaeocarpus ganitrus, un árbol perenne de gran tamaño (puede alcanzar entre 10 y 24 metros de altura) que crece en unos pocos lugares en todo el mundo, como el Himalaya nepalí, India, Sri Lanka o Indonesia. Y cuando tiene menos de cinco años, produce un fruto de azul intenso que contiene dentro la semilla de rudraksha.
Las cuentas de Rudraksha han sido usadas por los yoguis y los monjes de Nepal e India desde al menos el siglo XI. Se dieron cuenta de que usar cuentas de Rudraksha les proporcionaba una gran cantidad de tranquilidad y concentración que les permitía meditar durante largos períodos de tiempo
Algunos beneficios:
- Mejora la actividad mental y dota de calma
- Protege de la energía negativa
- Reduce el estrés
- Equilibra los Chakras
No se recomienda mojar las semillas o bañarse con ellas, ya que al tratarse de semillas naturales y mojarlas con regularidad hará que se sequen y agrieten.